Este artículo va dirigido a los padres que tienen hijos con aparatos electrónicos todo el tiempo aunque a varios de nosotros nos pueden ver veintes. Y es que con mayor frecuencia vemos en restaurantes, en el súper, en la casa, a todas horas, nuestros hijos se han ensimismado con los aparatos tecnológicos dejando de lado las conversaciones en familia y los estímulos creativos.
Nace una generación tan pegada a la parte tecnológica, que con mayor frecuencia nos encontramos jóvenes que no saben escribir, que tienen poca memoria y que difícilmente entablan conversaciones con los demás. Esto es porque en vez de escribir, teclean o dictan a su celular, ponen recordatorios de todo y prefieren estar revisando lo que pasa en las redes sociales que tener tiempo de calidad como antes.
Por una parte, la tecnología es la puerta del mundo, les permitirá conocer lugares nuevos, personas de distintas nacionalidades y seguir en contacto vía digital o bien, investigar sobre sus intereses en la web. La tecnología les puede abrir el panorama de lo tangible a lo intangible pero debemos poner límites de forma creativa:
- Comparte con ellos tiempo y experiencias, platícales cómo era antes, entabla conversaciones con ellos y dedícales tiempo para que platiquen contigo.
- Viaja con ellos por carretera o por otro medio de transporte, enséñales la realidad de tu país, vive con ellos experiencias nuevas, y antes de viajar, él podría revisar la Web para encontrar información.
- Responde siempre sus preguntas, estimula su conocimiento. El tiempo aquí es básico, investiga lo que te pregunta, evita que ellos investiguen en la Web.
- Apaga la televisión durante la cena, pon el ejemplo y evita sacar tu celular, tablet o computadora mientras cenas. Ellos pueden platicar contigo y tú los podrás escuchar sin distracciones.
- Pon reglas, marca tiempos para tareas, jugar con videojuegos, hablar por teléfono, estar en whataspp, etc.