Y empieza otro año nuevo y con él nuestra clásica lista de propósitos que ahora SÍ tenemos la intención de cumplir como perder peso, aprender inglés, hacer ejercicio o dejar de fumar. Nos contagiamos del entusiasmo de todos y arrancamos el año super bien apuntandonos a las ofertas de los gimnasios y las academias de idiomas, negandonos a comer rosca de reyes, tirando la cajetilla de cigarros a la basura y portandonos bien con nuestros semejantes. Pero apenas llega Febrero y todo ese entusiasmo parece haberse ido por la borda.
Podemos echarle la culpa a la frustración, a la falta de de voluntad o incluso al tiempo que parece ser nuestro gran saboteador, pero la realidad es que estas no son causas sino consecuencias de nuestra manera de pensar. Los grandes cambios empiezan por cosas pequeñas y nuestro error suele ser el de aquél que quiere correr una maratón sin haber siquiera aprendido a caminar. Así que la próxima vez que te propongas algo, piensa en dar mini pasos si lo que quieres es dar una gran zancada.
Ni pienses en el 2017 como el comienzo de otro año, sino con la idea de que tienes frente a tí 365 oportunidades para hacer cambios pequeños y deja que cada año nuevo encuentre una mejor versión de tí mismo.
Si tu propósito es perder peso, enfócate en adquirir hábitos diarios como beber más agua, sustituir un postre por un yogur, un café por una manzana o a comerte una ensalada en lugar de una torta.
Si tu propósito es aprender un idioma o mejorar tu inglés, aprende 2 palabras nuevas al día antes de irte a dormir o mientras estás en el baño y al final del año tu vocabulario tendrá 730 palabras más.
Si tu propósito es ahorrar más, no esperes a que llegue la quincena, mejor compra una alcancía y deposita todos los días 10, 20 pesos o lo que te hayas dejado de gastar en lujos innecesarios y al final del año tendrás como mínimo $3650 pesos
Si tu propósito es hacer más ejercicio, no empieces por querer hacer dos horas de crossfit, comienza por salir a caminar diariamente o hacer 15 o 20 minutos de actividad física en casa.
Si tu propósito es ser mejor persona, empieza tu mañana con un pensamiento positivo y si puedes hacer que otro sonría o se sienta bien, entonces habrá sido un buen día.
Y si tu propósito es simplemente ser feliz, escribe todas las noches en un papelito algo bonito que te haya sucedido ese día, como ver una puesta de sol, escuchar tu canción favorita en la radio o reir con tus amigas, mételo en una caja y al final del año tendrás 365 razones más para sentirte agradecido con la vida.