El autor dice que “quien tenga un por qué para vivir, podrá resolver casi cualquier cómo. Y es que este médico psiquiatra llamado “Viktor Frankl” vivió en un campo de concentración nazi de la segunda guerra mundial. En este libro cuenta como fue privado de su libertad, sometido a trabajos forzados que van más allá de lo humano.
Esto lo llevó a pensar en las decisiones que debía enfrentar tales como hallarle el sentido a la vida, la única e irrepetible vida. Previo a esto, él empieza a pensar que el suicidio puede ser la mejor opción cuando se ve frente a la obligada separación de su mamá y su esposa y después de ver morir a su padre.
Y este libro simplemente trata de enfocar al “humano prisionero” desde el punto de vista psicológico con tres fases: el internamiento en el campo, la vida en el campo y finalmente la vida después de la liberación.
Dentro de esta obra aparecen varios puntos importantes que viven las personas en general. El síntoma del shock en donde lo incierto hace cuestionarnos “y ahora, ¿qué sigue? Después pasamos al tema de la apatía en donde, estando en el campo de concentración, todo a lo que ellos se enfrentaban se volvía algo normal, tal y como lo vivimos nosotros, hemos perdido el poder de asombro para pasar al estado apático. Así llegamos a un tercer punto que es la constante del prisionero, es decir, desahogarse de distintas maneras después de la liberación en donde lo único que él hallaba una vez fuera del campo eran ruinas.
Este libro es súper recomendable para poder trazar un proyecto de vida como lo platicaba en mi publicación anterior. Es una obra que hace un constante reflexionar sobre la vida, los valores, los propósitos y los planes de vida. Quizá no podamos ver al futuro pero si podemos trazar proyectos y responder ¿quién quiero ser?, ¿por qué quiero ser?, ¿para qué? Y finalmente resolver el cómo lo lograré.
Si estás ya pensando en trazar tu plan de vida, lee este libro que te ayudará a encontrar, como el título lo dice, el sentido.