Heme aquí, escribiendo una carta que a más de una podría inspirar… y es que cuántas veces hemos escuchado en nuestra familia y amigas la posibilidad de ser madres solteras por elección, por destino o simplemente por razones incomprendidas? Ahora tengo la oportunidad de escribirle a todas aquellas que son o serán madres solteras:
Te lo digo, inspiración, fuerza suprema, fuente de poder, incluso ilusiones con destino a la felicidad, eso es lo que ser madre significa. Sé que por tu cabeza pasan pensamientos negativos, que no es quizá el mejor momento para tener a tu hijo, por estar sola con este gran compromiso y una enorme responsabilidad.
De pronto, la cita con el doctor, esa primera cita decisiva que te ha hecho pensar todo el camino la elección que harás, que quizá sientas mucho o quizá no quieras nada. Preguntas sin respuesta, ansiedad, necesidad de comprensión y apapachos… Llega el ultrasonido y escuchas ese corazoncito dentro de ti. Otra vida, una visión diferente, alguien que se aferró a ti, que se aferró a la vida y a tu calor.
Esa personita siente, vive el mundo a través de ti, come a través de ti, te siente. Ahora tu camino ha tomado un rumbo diferente porque a pesar de que creas estar sola, la realidad es que no lo estás, ahora hay alguien que siempre estará contigo.
Si, es una gran responsabilidad. Los bebés están hechos a prueba de papás y quizá se te caiga más de una vez, quizá se moje, vomite o incluso llore sin razón, hasta la locura, hasta que pierdas la razón y solo hay algo increíblemente poderoso que te hará olvidar todo cuando ya no quieras nada: escuchar “mamá”.
Que ¿cuándo es el momento? Eso sólo el destino lo sabe. Piensa que por algo ha llegado a tu vida, por algo eres la elegida para cuidar a esa personita maravillosa y cuando te das cuenta, en tus manos está criar un pedacito de ti… No estás sola, si haces las cosas bien, ese angelito siempre estará junto a ti incluso estando lejos.
Cierra los ojos, siente, ama, ríe, juega y haz todo lo que esté en tus manos para no perderte un segundo de su vida. Ellos crecen y después de haber tenido la oportunidad de darle vida a través de ti, ahora tienes la oportunidad de ver la vida a través de sus ojos inocentes, llenos de sabiduría y asombro, con ansia por descubrir un mundo que a nosotros se nos ha hecho ya un horizonte rutinario.
Y sí, si me preguntan, ser madre es la más grande maestría, la lección de amor más profunda, verdadera y simplemente indescriptible. Lo mejor, es que ese amor siempre será incondicional.