¿Cuántas veces al día escuchas en casa las palabras “No es justo”? Con tres niños bajo mi techo, parecen como 50,000 veces al día. Sea lo que sea “eso” no es justo. Emiliano perdió en un juego. Andrea tiene mucha tarea. Natalia se tuvo que ir a la cama temprano. Emiliano no tiene celular. Cada vez que los niños no obtienen lo que quieren, como lo quieren, cuando lo quieren, “No es justo”. ¿Y sabes qué? Algunas veces tienen razón. Pero de cualquier manera, la cuestión de la justicia tiene mucho que enseñarnos sobre la rivalidad entre hermanos y algunas importantes estrategias respecto a su educación espiritual.
Nuestros hijos tienen razón en lo siguiente: Las cosas no siempre salen como queremos, ni para los niños ni para los adultos. Tú no conseguiste esa promoción en el trabajo. Se te poncha una llanta camino a una importante reunión. La lista sigue y sigue, empezando cuando somos niños y terminando cuando dejamos esta vida.
Lo que he aprendido es que podemos escoger cómo responder a este tipo de cosas: Podemos decidir que somos víctimas indefensas de la vida o podemos tomar una actitud más proactiva. Y si elegimos esta última, estamos apoyados en un principio espiritual importante: No hay errores, todo pasa por una razón. ¿Por qué? Para mejorar nuestro crecimiento espiritual. Evolucionar y por eso estamos aquí.
Si todo pasa por una razón, entonces los hermanos deben tener un lugar en ese orden de existencia espiritual. ¿Qué es eso? Ellos son exactamente los hermanos adecuados para tu hijo, puestos aquí para asegurar que aprenda las lecciones de esta vida y cómo superar sus retos. Aquí está la respuesta a las cuestiones de justicia de “¿Por qué tengo una hermana tan molesta?” Tienes una hermana tan molesta porque viniste a este mundo a aprender a ser paciente o a restringir tu enojo. Y “¿Por qué mi hermanito se la pasa golpeándome? Él está ahí para enseñarte las maneras positivas de responder a la violencia y hacerle frente. “¿Por qué no soy tan bonita como mi hermana mayor? Porque necesitas aprender que la belleza no es solamente externa y tal vez para manejar los celos.
Y como siempre estamos aquí para aprender de nuestros niños –tanto los principios espirituales que implica ser padre y la importancia de adaptar esas lecciones para nuestros hijos. En este caso estás recordando que no eres una víctima de la vida –o si lo eres, es una elección que estás haciendo y que probablemente no es sana. Si vivimos en la conciencia de que las cosas no son justas, nuestros hijos se darán cuenta de ello. Pero si tomamos el enfoque proactivo, cuando asumamos nuestros retos como se necesita, empezaremos a experimentar la vida como una oportunidad infinita para dejar espacio para la Luz.