Cuando el miedo boicotea nuestras decisiones

Últimamente he escuchado a personas que no toman decisiones sanas en su vida por miedo. Pues si bien el miedo no es del todo malo cuando se trata de paralizar ciertas acciones por la intuición que nos genera el temor, también es cierto que la mayoría de nuestras decisiones para accionarnos quedan paralizadas por esta situación.

Aquí estoy, imaginando lo que constantemente sueño, mis anhelos, mis ganas de hacer cosas para cambiar, para siempre ser mejor. Luego me pongo a pensar qué es lo que necesito para alcanzar esas metas trazadas con dibujos en mi mente, con fotografías borrosas de gran futuro y, de pronto, algo me paraliza… El temor, las ganas de hacer tanto y fracasar, querer empezar y estar rodeada de personas que dicen «no puedes». Entonces, me levanto a vivir realista y rutinaria y a la mitad del camino se quedaron mis ilusiones.

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¿Qué pasa? Hemos perdido la fe en nosotros mismos, empezar a escribir me representó un reto que durante muchos años eran meros sueños encerrados tras las puertas del miedo. Recuerdo cuando era una niña… jugar representaba siempre un peligro de terminar sin dientes, con las rodillas ensangrentadas, con la cabeza suturada y aun así, nunca dejaba de jugar. Con los brazos o las piernas rotas, siempre había nuevas aventuras pero la cuestión era que yo nunca tuve miedo de caerme porque volar de un árbol o treparlo habría sido ya «la mejor experiencia de mi infancia».

Luego sucede que crecemos y con el tiempo se nos van dificultando ciertas cosas… las experiencias negativas nos van creando carpetas de recuerdos que dicen «te caíste una vez, si vuelves a pasar por ahí, te vas a volver a caer»… No te viene a la mente todas las veces que intentaste pasar el nivel de un juego o que Mario Bross moría por culpa de una tortuga o un hongo? Acaso dejamos de jugar? Esas veces que moría y volvíamos a pasar por ahí se convertía en un reto lleno de satisfacción cuando lográbamos por fin vencer los obstáculos.

El temor nos hace tener precaución, nos hace ser más despiertos y conscientes ante situaciones que nos pueden poner en peligro pero emprender o enfrentarse a cumplir un reto siempre representará una posibilidad de fracaso y luego entonces, quién ha probado la miel del éxito sin experimentar un fracaso? Pensar en personas exitosas nos hacen anhelar cosas al estilo «más por menos»: Más éxito por menos esfuerzo.

Como los icebergs, él éxito de una persona está hasta la cima, es ese 10% del iceberg que todos podemos ver… Y abajo del agua existe otro 90% de masa que plantea el esfuerzo, los fracasos, el tiempo invertido, las citas sin éxito, las juntas, los momentos de estrés, las veces que hemos estado a punto de tirar la toalla… Cada persona tiene su éxito y de la mano camina con el esfuerzo y la perseverancia.

En la mayoría de los casos el miedo paraliza la toma de decisiones pero, como te lo conté ya en otro de mis artículos, es tú responsabilidad utilizar tus recursos conscientemente y hacer tu talento brillar. No tengas miedo a caer, un obstáculo que te hace fracasar no te hará menos valiosa sino todo lo contrario: un fracaso te hará conocer mejor el obstáculo que te hizo caer y entonces, cuando decidas volver a caminar a la cima, sabrás como vencerlos… Recuerda: usa el miedo como herramienta para la intuición, nunca en contra de tus sueños.

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Si temes en tomar decisiones, quizá te interese leer «Los 5 niveles del apego» de Don Miguel Ruiz Jr.. Quizá piensas que el mundo, tal como lo percibes es real y convencido de la autenticidad de tus emociones pero… estás listo para abrir los ojos y descubrir el camino a tu auténtico yo? Conocer tus apegos te ayudará a convertir tus puntos de oportunidad en aliados para la toma de decisiones sin miedos.