El tema de la felicidad es algo tan complejo y subjetivo que en realidad todos podríamos pensar que somos felices, pero ¿te has puesto a analizar si tu felicidad es plena o pasajera?
La felicidad es una necesidad natural y ha sido uno de los objetivos más importantes del ser humano; todos la deseamos, todos en algún momento la hemos experimentado pero siempre estamos buscando más. Ese es un gran problema: la necesidad de más quiere decir que estamos buscándola en las cosas pasajeras, en lo material, en el poder, en el deseo carnal, todos ellos lugares equivocados para encontrarla.
Todos nosotros hemos esperado de la riqueza, el poder, la belleza y el reconocimiento porque nos dan felicidad… no estoy diciendo que no sea así pero en realidad nada es pleno. Y es que es evidente que mientras más nos consume la prosperidad y el bienestar externo, empezamos a descuidar el desarrollo interno.
¿Alguna vez han conocido a alguien que, aun teniéndolo todo, se ven tristes o vacíos? Esas personas que se rodean de “amistades” que cuando hay prosperidad económica están cerca y cuando hay épocas de crisis, ¿desaparecen por obra de arte?
No estoy diciendo con lo anterior que las cosas materiales sean malas, claro, a quién no le caen bien los bienes pero la felicidad es algo mucho más profundo y complejo que abraza al ser humano en su totalidad y desde el interior y eso se debe construir.
Enrique Rojas menciona en su libro “El hombre light” (el cual te recomiendo que leas para seguir construyendo poco a poco nuestro proyecto de vida) que “la felicidad consiste en tener un proyecto que se compone de metas como el amor, el trabajo, la cultura; supone la realización más completa de uno mismo, es hacer algo con la propia vida que merezca realmente la pena, esto quiere decir que me he encontrado a mí mismo y que estoy a gusto conmigo y tengo un proyecto de vida coherente.”
Efectivamente, creo que hay que ir teniendo cambios y progresando a nivel personal; ¿de qué manera? Vamos encontrándole sentido a la vida poco a poco. Ahora analiza: ¿lo que haces coincide con tus valores?, ¿eres coherente con tus pensamientos y tus actos?, ¿encuentras satisfacción y plenitud? Es momento de poner en práctica tu reflexión para moldear el camino a tu felicidad con acciones positivas!