Con la finalidad de conectar con nuestros hijos, en especial cuando son pequeños, es útil aprender sobre las etapas de desarrollo del niño. Además del desarrollo físico, emocional e intelectual, hay etapas de desarrollo espiritual.
Un principio básico de espiritualidad es reconocer el poder de las cosas que no podemos ver. Esto con frecuencia ocurre a niños entre 3 ó 4 años, cuando pueden empezar a tener miedos nocturnos. No quieren ir solos al baño. No quieren volver a dormir solos. Tienen miedo de la oscuridad. Empiezan a sentir que hay alguien más ahí con ellos.
Por lo general tratamos de desechar esos miedos, “Está bien… No hay nada ahí… Puedes ir solo al baño”. Pero la verdad probablemente haya algo ahí. Lo que sienten los niños, de lo que tienen miedo, es en realidad una especie de energía que está en la habitación. A esa edad podemos animarlos a ser conscientes de eso y desarrollar una conexión que pueda ser de beneficio para ellos.
En una ocasión Karen Berg comentó sobre un niño que tenía pesadillas: “Los niños necesitan espacio para expresar sus pensamientos y cometer sus propios errores. Cuando le decimos a un niño que no existe “el coco/ cuco”, que está sólo viendo cosas y lo regresas a dormir después de que se despertó de una pesadilla, estamos reduciendo su imaginación y debilitando su autoestima.”
En vez de eso dile a tu hijo que hay ángeles que nos cuidan, pero que algunas veces nos asustan porque no sabemos qué son. Reza una pequeña oración con tu hijo para recibir a esas fuerzas maravillosas en sus vidas. En todos los idiomas hay oraciones hermosas para enseñarle a un niño. Al hacer esto, los animas a relacionarse con las energías cósmicas que existen a nuestro alrededor.
Hay una hermosa anécdota. Cuando mi hija menor tenía cuatro años y medio me dijo que había un monstruo escondido en su cuarto. Le dije, “Sabes, yo no creo que sea un monstruo. Pienso que es un ángel.” Ella dijo. “Oh, es un monstruo ángel,” era su manera de poner las ideas juntas y de sentirse tranquila.
Hay energía. Nuestros niños la sienten y tienen razón. Ahí está. Cuando son jóvenes están más conectados que nosotros. Podemos decirles que en lugar de que sientan miedo de eso, pueden comenzar a hablarle. Imaginar que es la Luz que está aquí para protegerlos. Es importante manejarlo de una manera positiva. Para mejorar su intuición y conexión con la Luz.
Usa este momento para crear una rutina espiritual. A partir de ahora, cada noche antes de que se vaya a dormir, recen una oración que creas lo hará sentir seguro. Esto puede tomar un tiempo, pero empieza fomentando la meditación y una oración cada noche antes de que se vaya a dormir. Verás la diferencia. Seguramente estarás plantando semillas espirituales, haciendo espacio para las fuerzas invisibles que ejercen gran poder sobre nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos. Estarás haciendo espacio para la Luz.