¡Amo viajar! Si creo que a mi me trajo la cigüeña pero antes de dejarme con mi mamá, me llevó a pasear por todo el mundo, o igual ya me quería dejar y era yo quien no la soltaba, hasta que ya un 28 de noviembre aterricé en tierras norteñas.
En fin, la cosa es que como sagitario que soy me encanta viajar, salir, cambiar rutinas, conocer, ver, aprender…Desde niña mis ahorros eran destinados para eso…algun día subiría la Torre Eiffel, vería el Big Ben, etc., etc..
Pero con algo tenía que empezar y recuerdo mis primeros campamentos con mi increíble grupo de amigos, donde tuvimos que romper pedazos de hielo a un lado del arroyo en la Sierra Tarahumara para lavarnos la cara, o cuando al vaciar las mochilas para que cayera al suelo la casa de campaña lo que cayó fueron dos remos y una lona que resultó ser canoa. También fuimos perseguidos por un enjambre de avispas y otras tantas paseamos en tren entre gallinas, cerdos, raramuris y menonitas, recuerdo mandar mensajes por Radio AM para avisar algo al interior de la Sierra y caminar por horas y horas entre cerros y poblados para conseguir las preciadas insignias de exploradores, iniciados, intermedios, avanzados y jefes.
Recuerdo cocinar en fogatas, cantar alrededor de una cuando caía la noche, sentir esta conexión divina con la naturaleza y esa unión entre amigos; han pasado 27 años desde mi primer campamento y recuerdo a mis compañeros como si hubiera sido hace apenas algunos años; compartimos un vinculo que ni el tiempo ni la distancia pueden disolver.
Tenía 12 años cuando “salí al mundo” al menos así me sentía, me mandaron a este campamento con el grupo de la iglesia y casi 30 años después con tan solo escribirlo me sigo emocionando, ese primer viaje, la planeación, las aventuras, los recuerdos…seguro que antes había viajado con mis papás, pero esta aventura, a tres horas de mi casa, por cuatro días, lo registre en mi alma como “mi primera aventura”.
Y podría escribirles de cuando conocí los Emiratos Árabes, o cuando me empaparon las cascadas de Iguazu en Brasil, y prometo hacerlo; pero en esta ocasión, necesito centrarme a estas “primeras aventuras”. ¿Cuál fue la tuya? ¿Cómo eras entonces? Yo era una niña insegura, miedosa y un tanto taciturna…la vida me regaló un grupo de amigos maravillosos, unos amaneceres llenos de ruidos de la naturaleza, de aire entre las hojas de los árboles, del sol abrazándome y diciéndome que todo, todo estaba bien; esto era la vida, me estaba dando la bienvenida a la agridulce adolescencia.
Le dije sí a la vida, decidí sentir, aprender, gozar, sonreír, disfrutar, escuchar, compartir y desde entonces….no he parado.