Una de las mayores preocupaciones de un padre con sus hijos es que no sufran y muchas veces, ser padres implica dejar volar al pajarito del nido para permitirles crecimiento y no es cosa fácil, sobretodo cuando se trata de pensar en verlos pasar por lo mismo que muchos de nosotros pasamos ya pero, hasta qué punto es buena la protección?
Hay algunos errores que a menudo se comenten en la educación de un hijo y que a la larga solamente ayudará a hacer jóvenes inseguros y carentes de éxito profesional:
- Dejamos que los hijos no experimenten riesgos:
La preocupación que sentimos como padres para darle ante todo seguridad a nuestros hijos por el temor a perderlos, nos hace sobre protegerlos. Claro! Es un deber después de todo pero no permitirles que experimenten riesgos por miedo a lo que les pueda suceder, trae consigo un sin fin de fobias a edad adulta.
- Rescatamos demasiado rápido:
Hoy en día, la generación de jóvenes no ha desarrollado tantas habilidades como los de hace 30 años porque los adultos se encargan de resolver los problemas por ellos. Cuando rescatamos muy rápido o los asistimos, no permitimos que nuestros hijos naveguen por aguas turbias y resuelvan sus problemas por sí mismos. En este término, a edad adulta se pierde la capacidad de liderazgo.
- Deliramos demasiado fácil:
El movimiento de “autoestima” ha aparecido desde los 80s y se encarga de hacernos creer que “todos ganan, todos tienen un premio”. Esto puede hacer sentir a nuestros hijos especiales pero es el inicio de niños tramposos, exagerados y mentirosos puesto que lo que dice mamá y papá con respecto a ser el mejor de los hijos, no está ligado con lo que piensan todos los demás.
- Dejamos que la culpa se entrometa:
Si! Acéptalo, tu hijo no tiene por qué amarte cada minuto. Ellos pueden sentir decepción pero nunca serán mal educados cuando aprendes a decir “no”. Como padres, tendemos a darles lo que quieren cuando quieren. Cuando uno de tus hijos hace algo bien, te sentirás culpable de premiar a uno y a los demás no. Esto hace que tus hijos pierdan la oportunidad para esforzarse por el éxito.
- No compartimos nuestros errores del pasado:
Adolescentes saludables querrán abrir sus alas y probar nuevas experiencias. Como adultos debemos permitirles esto pero no quiere decir que permitamos que vayan sin guía. Hay que compartir con ellos errores relevantes que cometiste cuando estabas en su misma edad para ayudarlos a tomar buenas decisiones. Las lecciones negativas (como no fumar o no beber) no son buenas. Ellos deben prepararse para darse contra la pared y enfrenar las consecuencias de sus actos independientemente de tus experiencia.
- Confundimos inteligencia, talento e influencia con madurez:
La inteligencia es constantemente utilizada como medida de que el joven ha madurado y como resultado, los padres asumimos que un chico inteligente está listo para el mundo. Nos equivocamos, solo porque el talento esté presente en un aspecto de la vida de nuestros hijos, la edad de la responsabilidad no es mágica. Hay que darles libertades pero siempre reglamentos para que, a su debido momento, experimenten la independencia.
- No predicamos con ejemplo:
Como padres es nuestra responsabilidad modelar la vida que queremos para nuestros hijos. Hay que apoyarlos y guiarlos para hacerlos mejores. Como líderes de nuestro hogar, podemos empezar con honestidad y actuar coherentemente con lo que queremos para ellos. Los harás mejores cada día!
Empieza hoy a tomar en cuenta que no todo lo que quieres para tus hijos es la mejor decisión, ayúdalos pero también déjalos volar, experimentar y desarrollar habilidades para que, llegado el momento, puedan dejar el nido y siempre te sientas orgulloso de ellos y de ti por haberlos educado bien! Y recuerda siempre #ActitudPositiva